SEGUNDO DOCUMENTO
PROCESO
PRIVATIZADOR DE LA MEZQUITA POR PARTE DEL OBISPADO Y DEL CABILDO DE LA CATEDRAL
Miguel
Santiago
Cristiano
Si partimos de los años 70 del siglo
pasado la ciudad de Córdoba ha vivido una serie de acontecimientos relacionados
con la iglesia católica de mucho interés para comprender como el Obispado y
Cabildo de la catedral han ido radicalizando sus posturas de cara a la
privacidad del monumento cada vez más patente por la jerarquía de la iglesia
católica. Un proceso lento, pero seguro, y muy estudiado a los largo de los
últimos episcopados de Córdoba; mientras los poderes legítimos quedaban
impacientes ante tal atentado contra la ciudadanía cordobesa, andaluza, estatal
y mundial. Veamos algunos ejemplos de la involución que sufre el monumento por
parte de sus administradores:
1972. Tan absurdo era eliminar la
Catedral de la Mezquita como pretender eliminar ahora todo el legado de la
historia. Ni la Catedral debe de entenderse como un lastre para la Mezquita (lo
que evitó ICOMOS en 1972) ni la Mezquita un lastre para la Catedral (lo que
debemos de evitar en la actualidad).
La revista Arquitectura publicó
en diciembre de 1972 (núm.168), bajo el epígrafe Mezquita de Córdoba y el
entusiasta subtítulo “El apasionante tema de la Mezquita de Córdoba ha saltado
a la calle” una serie de artículos que se referían a la que dio en denominarse
“la polémica de la Mezquita”.
Estos artículos constituyeron
una primera entrega en la revista de un importante debate en torno al futuro
del monumento, debate que se estaba desarrollando en dos ámbitos: en el seno de
la sociedad cordobesa, en la que se defendían apasionadas posturas
restauradoras a favor de la llamada “purificación” de la Mezquita, o, en
sentido contrario, posturas conservacionistas a favor del mantenimiento de la
catedral cristiana en el interior de la estructura musulmana. Y se produjo
también en el ámbito de los arquitectos, historiadores y responsables de las
tareas de restauración, entre los que tampoco existía unanimidad. Se trataba, y
ahí radica el interés de la polémica, de aceptar o rechazar una propuesta de
restitución de las naves centrales de la Mezquita mediante la eliminación del
gran crucero cristiano construido durante el siglo XVI. La actuación propuesta
era mucho más radical que actuaciones de eliminación de coros de catedrales ya
desarrolladas, de eliminación de trasformaciones barrocas o clasicistas en
aquellos años en ejecución, o incluso de traslados de monumentos. La
“purificación” de la Mezquita, con el objetivo fijado en conseguir una
configuración espacial estrictamente musulmana, implicaba no solo la
erradicación del culto cristiano en el monumento (lo que provocaría un gran
conflicto político y religioso) sino también la eliminación de novecientos años
de historia constructiva del edificio.
Una reunión del ICOMOS (organismo
de la UNESCO especializado en la conservación de monumentos), celebrada en la
primavera de 1973 a invitación del Ayuntamiento, deja las cosas en su sitio al
decretar en su Resolución de Córdoba el “respeto más absoluto para todos los
valores culturales” que encierran los monumentos en los que dejaron su huella
sucesivas civilizaciones. “Esta pluralidad cultural (añade la declaración)
constituye su originalidad y la misma viene a ser como un símbolo de superación
de los conflictos y rivalidades del pasado”.
Después de 40 años es urgente
que ICOMOS vuelva a proclamar esta pluralidad cultural, después de que el
obispado haya inmatriculado el monumento, haya cambiado su nombre y haya
impuesto un texto catequético, que amputa la historia del monumento universal,
en la visita del Alma de Córdoba.
1978. Congreso de Andalucía. Discurso de
apertura del Congreso de Cultura Andaluza pronunciado por Antonio Gala en la
Mezquita - Catedral de Córdoba el 2 de abril de 1978.
Bajo las imponentes naves de la Mezquita
de Córdoba, no podía ser en otro lugar más andaluz, Antonio Gala desgranó la
ponencia, la inauguración de este magno acontecimiento civil, con un final que
resonó en todo el edificio: ¡Viva, Andalucía viva!
En esos momentos estaba vacante la sede episcopal de Córdoba. Poco
después, el 25 de mayo de 1978 tomaría posesión como obispo de Córdoba, José
Antonio Infantes Florido.
Este tipo de actividades culturales
de gran calado social es un ejemplo de que la Mezquita es mucho más que
Catedral, es un espacio universal abierto a múltiples expresiones de la
cultura, que es el hecho que más nos humaniza.
1980. Propuesta de nueva carrera oficial.
Un grupo de cofrades
pertenecientes a diferentes hermandades de Córdoba presentaron un proyecto de
Carrera Oficial en el que se incluía el paso de las hermandades por la
Mezquita-Catedral. Este proyecto pretendía darle un significado simbólico y
espiritual a las estaciones de penitencia, potenciar la participación de la
religiosidad popular en el primer monumento de la ciudad y aprovechar todo el
potencial turístico que para la ciudad significaría. Esta iniciativa no fue muy
del agrado del Obispado y Cabildo de aquellos años. Actualmente se abre
nuevamente esta posibilidad al ver la Jerarquía católica en las cofradías una
vía de atraer a creyentes ante la bajada de católicos practicantes que va
teniendo la iglesia año tras año.
Años 80
A lo largo de esta década se irá haciendo más
patente la vigilancia del monumento. De
ser custodiado por un grupo de bedeles pasó a ser vigilado y protegido por
guardias de seguridad. Un servicio que ha causado más de un problema por sus
modales y formas a la hora de tratar a los turistas y fieles. El sólo hecho de
recostarse en un árbol en el patio de los naranjos puede ser motivo de llamada de atención e incluso usar las
manos para “invitar” a levantarse. Hace unos pocos años hubo unos altercados
con el proceder de estos guardias jurados que hasta la prensa internacional se
hizo eco de tales despropósitos.
Estas intervenciones no son propias de un lugar
sagrado como gusta decir el Obispado y el Cabildo.
1982-1986. Serían también los años del rifirrafe entre el alcalde de
Córdoba y el obispo por diferentes motivos.
En el I
Encuentro de Amistad Hispano-Musulmán, celebrado a comienzos de 1982, los
cien representantes de países islámicos aprovecharon la visita a la
Mezquita-Catedral para orar ante el mihrab. En una nota de prensa manifestaban
que no habían pretendido en ningún momento faltar al respeto ni cometer ningún
tipo de atropello en detrimento de nuestros conciudadanos; simplemente
ejercitamos nuestro derecho en libertad.
También recordaban en el comunicado que no era la primera vez que los
musulmanes habían orado ante el mirah de la Mezquita de Córdoba (con
anterioridad lo habían hecho bajo el episcopado de José María Cirarda
Lachiondo). Ante este acontecimiento el obispo en una nota calificaba el hecho
de atropello por haber realizado el rezo sin haber contado con la debida
autorización. El obispo añadía en su nota que confiados en la petición hecha
por el alcalde al cabildo catedralicio para que los participantes en el primer
encuentro de amistad hispano- musulmán a pudieran visitar gratuitamente la
mezquita catedral, nos hemos visto sorprendidos con otro tipo de actividad
religiosa de los musulmanes ejercida en nuestro templo católico.
Por si eso fuera poco, el entonces alcalde,
Julio Anguita, pretendió entregar a
Kattani, consejero real saudí, la simbólica llave de la antigua mezquita de Abú
Otman, antiguo convento de Santa Clara desde 1264 hasta la exclaustración de
1868, que se proponía restaurar para situar en ella la sede de la comunidad
musulmana cordobesa. Este hecho provocó el enfrentamiento institucional entre
obispado y Ayuntamiento, en el que aún se recuerda la famosa frase de Anguita
en la que dijo al Obispo: usted no es mi obispo pero yo si soy su alcalde.
Más adelante y con motivo de los fastos
programados para celebrar el XII Centenario de la Mezquita continuarían las
polémicas. Veamos: el 29 de septiembre de 1984 la Casa Real acepta la
presidencia del XII Centenario de la Mezquita, al mismo tiempo que alcalde
invita a los Reyes a que presidan la inauguración del nuevo Ayuntamiento,
levantado en la calle Capitulares, aledaño al templo romano. A principios de
1985, la Casa Real anuncia que el Rey vendrá a Córdoba a inaugurar los actos de
la Mezquita, pero no asistirá a la inauguración del Ayuntamiento. Ante este
comunicado el alcalde manifiesta que no estará presente en los actos del XII
Centenario: Esta Alcaldía sabrá estar a la altura de la dignidad de la ciudad,
pase lo que pase con quien sea. Somos representantes de los intereses políticos
de la ciudad; los cordobeses no nos legaron con su voto sus creencias
religiosas. A los pocos días un mensaje de la Casa Real anunciaba sine die
el aplazamiento de la visita de los Reyes a Córdoba.
1990. Negación del obispado a la intervención de Yehudi Menuhin en la
Mezquita.
Conforme pasan los años el obispado y cabildo catedral son cada vez
más reticentes a los actos no católicos. Invitado por la Universidad de
Córdoba, vino a deleitarnos el violinista mejor del mundo, Yehudi Menuhin, que
al final sus cuerdas no pudieron sonar bajo los arcos de la Mezquita, por la oposición del Cabildo de la Catedral.
Esta negativa demuestra la arbitrariedad del
cabildo de la Catedral a la hora de permitir el desarrollo de actividades
culturales. Conforme han pasado los años ha ido censurando cada vez más
cualquier acto cultural que carezca de unos contenidos religiosos o morales
acordes con la iglesia católica, sobre todo si estas manifestaciones pertenecen
a las otras religiones monoteístas o son considerados sus contenidos
excesivamente laicos.
Mausoleo de la capilla de San Pablo.
En los años 90 el expresidente
de Cajasur y canónigo penitenciario del Cabildo, Miguel Castillejo, costeó el
mausoleo en el que años más tarde sería enterrado el obispo de Córdoba, José
Antonio Infantes Florido. Un mausoleo de mármol esculpido por los hermanos
García Rueda en el interior de la capilla de la conversión de San Pablo, que
rompe la estética de la estancia y termina con una tradición implícita de los
obispos de respetar la tradición musulmana de ser enterrados a ras de suelo.
Sólo existía la tumba del obispo Mardones en el presbiterio de la Catedral y
alguna más en los alrededores del presbiterio, un espacio considerado
exclusivamente catedralicio y sin reminiscencias árabes. Una ruptura más con el
pasado histórico-artístico del monumento.
1999. Semana de lucha social: Rompamos el silencio.
Del 12 al 19 de noviembre de 1999 colectivos de
base de todo el Estado denunciaron en Córdoba los "éxitos" ocultos de
la Europa de la moneda única y las cifras macroeconómicas, que después de una
década han quedado al descubierto con la crisis económica.
Estas jornadas iban a tener como
epicentro la Mezquita, sin embargo, el Obispado y el Cabildo mandaron cerrarla
a cal y canto durante varios días, lo que impidió que los diferentes colectivos
sociales utilizasen el patio de los naranjos para diversas actividades
culturales y sociales con un marcado carácter reivindicativo, entre ellas
resaltar que la Mezquita es de todos/as y no sólo de la Iglesia católica.
No a la autorización de filmar
películas en la Mezquita.
“Carmen” es una película de cine española de 2003 dirigida por Vicente
Aranda, basada en la novela homónima de Prosper Mérimée. Rodada
mayoritariamente en la ciudad de Córdoba, incluyó entre sus escenarios la
Mezquita. El obispado recriminó el uso de la Mezquita para un filme, que por su
contenido erótico, no respetaba la singularidad del monumento. Esta actitud
moralizante iba a tener consecuencias inmediatas al no permitir el rodaje de
películas como “El reino de los cielos”.
La película “El reino de los cielos” fue estrenada en
el 2005 y dirigida
por Ridley Scott. El rodaje de esta película dio más que hablar por la polémica
suscitada ante la negativa del Cabildo a
ceder el espacio de la Mezquita-Catedral para el rodaje de
determinadas escenas de la cinta.
Las posturas
enfrentadas se basaban en, por un lado, la conveniencia económica de acoger una
actividad de este tipo; y, por el otro, los riesgos que sobre el estado de
conservación del templo conllevan el despliegue de medios técnicos propios de
un rodaje. Sin embargo, el fondo de la negativa estaban las cuestiones morales,
como el uso "inmoral" que se había hecho en el pasado del citado
templo (el Cabildo aludió indirectamente, a la película Carmen). Después de meses de polémica (no se puede hablar ni siquiera de
negociación), se optó por otros escenarios del patrimonio cultural y
arquitectónico andaluz como sustitutos.
La ciudad de Córdoba
perdió otra oportunidad de dar a conocer mundialmente su rico patrimonio, por
la arbitrariedad de la institución que se ha adueñado del universal monumento.
Primera década del siglo XXI. La Iglesia católica pierde su banco.
La jerarquía católica cordobesa tiene una gran
influencia en la ciudad desde la Edad Media, de hecho el Cabildo catedral de
Córdoba es una de las instituciones más antiguas del país. De toda esa historia
llega a finales del siglo XX conservando sus dos tesoros inigualables por el
poder y el dinero que manejan: ser administradores de la Mezquita, a partir del
2006 se hacen propietarios vulnerando a la propia Constitución, y ser dueños de
Cajasur, la segunda caja de ahorros de Andalucía durante décadas.
Después de la pérdida de la Caja no nos debe
extrañar que defiendan con uñas y
dientes la otra niña de sus ojos: la Mezquita, que en base a argumentos
antievangélicos, contrarios al mensaje abierto y universal de Jesús de Nazaret,
pretenden enmascarar su verdadero nombre con el de “Catedral de Córdoba,
antigua Mezquita”.
Año decisivo: 2006.
El obispado inmatriculó la Mezquita. Fue el
paso más decisivo al hacerse aparentemente dueño absoluto del monumento, lo que implica una serie de
actitudes cada vez más cerradas por parte del Cabildo: un celo
en vigilancia del monumento que llega a ser molesta con los propios
turistas, la prohibición de actos
culturales, la prohibición de actos sociales (lo último ha sido la expulsión de
los yayoflautas por haberse manifestado pacíficamente en el Patio de los
Naranjos en contra de la política de recortes sociales), la total prohibición
de cualquier manifestación religiosa que no sea la católica (como el simple
hecho de orar un musulmán en la zona del mihrab), la prohibición de películas,
la imposición de contenidos en la vista nocturna de la Mezquita, el uso de las
entradas al edificio como un donativo,… Toda una serie de despropósitos que son
la consecuencia de haberse adueñado inconstitucionalmente del monumento por parte del Obispado de Córdoba.
2010. Alma de Córdoba, visita nocturna a la catedral.
Un ejemplo evidente de que el
Cabildo catedralicio le ganó la partida al Ayuntamiento, gobernado en aquellos
años por IU, fueron los contenidos
marcadamente catequéticos de la visita nocturna “Alma de Córdoba”, que
comenzaron en el año 2010. Todo lo
contrario de lo que pasó en 1523, cuando el Cabildo municipal obligó, en nombre
de Córdoba, al Cabildo catedralicio a preservar la Mezquita.
Sólo el placer de pasear
bajo las inmensas y maravillosas naves de emires y califas ya vale la pena esta
visita. Sin embargo, el Cabildo la ha convertido en una catequesis que nada
tiene que ver con la historia del monumento. Es una llamada a la fe católica,
cuando debería desarrollar unos contenidos históricos y espirituales, que
hubiesen ido más allá de las simples creencias a unos dioses hechos a imagen y
semejanza de los seres humanos. La composición musical que acompaña a la visita
peca, nunca mejor dicho, del excesivo protagonismo que tiene el canto
gregoriano, cuando lo que debería de haber prevalecido es la música andalusí y
arábiga. La visita se cierra con la contemplación del crucero de la Catedral,
extraordinariamente iluminado. Otro desacierto el dedicar tanto tiempo a un
obra cristiana, que tiene mejores exponentes en otros lares, en vez de haberse
recreado con más detenimiento en las diferentes ampliaciones de la Mezquita.
Una vez más la Iglesia
cordobesa impone su voluntad al pueblo de Córdoba.
El obispo de Córdoba y el cabildo
Catedral se negaron al proyecto multimedia de visitas nocturnas en la Mezquita,
basada en argumentos como los siguientes:
·
El Sr. Asenjo, obispo de Córdoba en
aquellos años, recurrió a directrices de la Santa Sede, para hacer un
llamamiento a la prudencia a la hora de albergar dentro de los templos
manifestaciones culturales o espectáculos que "no casan con la
Iglesia".
·
El obispo de Córdoba indicó que
"todo se puede hablar aunque dentro de los límites que yo he
establecido", puntualizó. Y ¿cuáles serían esos límites? En ningún caso
podrían ponerse "músicas extrañas" o proyectarse sobre los muros
"la visión de caballeros árabes cabalgando".
·
"La Catedral fue templo en el
siglo IV, después, por coyuntura histórica fue Mezquita, y a partir del
siglo XIII, iglesia católica otra vez", afirmó Ansejo.
·
Destacó que él y los canónigos
defienden la verdad "más profunda del templo" y que "somos los
más interesados en conservarlo y transmitirlo íntegro a las generaciones
futuras".
Con estos argumentos el Sr. Obispo
encorsetaba la historia, el arte, la vida, la universalidad de esta maravilla
de la humanidad, según su voluntad particular. Además, olvidaba que quién ha
velado y ha querido más a la Mezquita ha sido el pueblo de Córdoba a lo largo
de su historia. Tendría que repasar la historia para darse cuenta que los
principales valedores de la Mezquita ha sido el pueblo de Córdoba.
Por otra parte, reseñando su llamada
de atención a lo inapropiado de las imágenes de los caballeros árabes
cabalgando, ¿acaso es apropiado en el presbiterio de la Catedral la escultura
de un caballero cristiano, el apóstol Santiago, matando a un moro bajo su
cabalgadura? Una escultura totalmente contraria a la esencia del cristianismo,
que podría ser retirada ya que consagra la matanza de personas de diferente
religión.
El 13 de enero de 2010 los guardias jurados expulsaron de la Mezquita
a un grupo de turistas por incumplir normas.
El Cabildo argumentó que entraron durante el
horario litúrgico. Un grupo de profesores universitarios y periodistas
de Estados Unidos, algunos de ellos musulmanes, que llegaron a la ciudad para
conocer la Mezquita-Catedral fueron expulsados
del monumento mientras lo visitaban por incumplir varias normas
del Cabildo. El grupo estaba compuesto por trece personas, la mayoría de ellas
no musulmanas, aunque quien encabezaba la visita es el imán y también profesor
de árabe y estudios islámicos en la Universidad de Maryland, Bachar Feisal,
quien hacía las veces de guía
El Miércoles Santo de 2010 un grupo de musulmanes organizaron un rezo
en la Mezquita.
La policía los puso a disposición judicial. El
magistrado los puso en libertad con cargos a los dos detenidos por los
incidentes ocurridos, donde según el juez un grupo de turistas austriacos
protagonizaron un altercado al celebrar un rezo bajo el rito musulmán en el
recinto y, presuntamente, agredir a un vigilante de seguridad con un cuchillo
cuando les pidió que depusieran su actitud. Aunque los detenidos, así como otros
seis imputados por estos hechos que declararon ante el juez que no fue un acto
premeditado y que desconocían la prohibición del rezo bajo el rito musulmán en
la Mezquita-Catedral, en el auto del magistrado se relata que lo organizaron a
sabiendas de que tal acto de expresión religiosa se encontraba expresamente
prohibido. Recientemente una sentencia judicial los ha absuelto, al
considerar que el lugar en que ejercieron el acto religioso no estaba dentro
del espacio catedralicio, si no que eran otras dependencias de la Mezquita.
El nuevo Obispo de Córdoba, en su toma de posesión del pasado 20 de
marzo de 2010, ya había ha subrayado el mismo planteamiento de sus
antecesores: no es posible el uso compartido de la Catedral, porque no lo
consiente la religión musulmana ni cabe en la verdad de la religión cristiana. Me
pregunto ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones teológicas, doctrinales y, sobre
todo, evangélicas para ello?
Desde mi fe cristiana y el conocimiento que me ha aportado los estudios
en teología no pienso que sea acertada la decisión categórica de cerrar
cualquier otra opción de orar a Dios en un mismo espacio compartiéndolo con
otras manifestaciones religiosas.
Es un hecho evidente que antiguos templos cristianos sirven hoy al culto
musulmán, a raíz de cambios socio-políticos y religiosos acontecidos en épocas
anteriores; sin embargo, no deberíamos caer en el error, al menos los que
profesamos la fe cristiana, de aplicar la antigua ley del talión del ojo por
ojo y diente por diente. Seguir a Jesús de Nazaret significa ofrecer la otra
mejilla, o lo que es lo mismo abrir la mano fraternalmente a los hermanos y
hermanas, en este caso, que profesan la misma fe abrahámica.
Cristo es el verdadero templo de Dios (Mc 14,58). No profanamos un
templo de piedra porque compartamos un mismo espacio creyentes de distintas
religiones, profanamos al templo vivo de Cristo cuando causamos injusticias,
las callamos o somos cómplices de ellas.
La Mezquita es patrimonio del pueblo de Córdoba, de Andalucía, que se
irradia a todos los rincones sin conocer fronteras. La postura del Obispo me
recuerda actitudes de tiempos pasados de sentirse señor feudal, que venido de
fuera, toma posesión de sus bienes. Hay
que recordar que el Cabildo de la Catedral es sólo poseedor (que no propietario)
y administrador del Templo.
La historia le da a Córdoba la posibilidad de ser luz en medio de tantos
conflictos, de ser puente de encuentros entre diferentes culturas, de ser lugar
de abrazo fraterno entre las diferentes religiones. Abramos nuestra ciudad a
los aires frescos, que ayuden a rejuvenecer la tan castigada humanidad.
2010. Lo último: cambiarle el nombre a la
Mezquita.
Una vez más la Iglesia
cordobesa impone su voluntad al pueblo de Córdoba. El actual Obispo incluso
pretendió quitar el nombre de la Mezquita al universal monumento. Noticia que
dio la vuelta al mundo.
De hecho la persona guía
que da la bienvenida a la visita nocturna el Alma de Córdoba sólo
utiliza el término Catedral, para referirse a la Mezquita. También los últimos
folletos editados por el Cabildo para visitar el monumento sólo utiliza la
denominación Catedral.
Es una falta de respeto a
la historia, a la arquitectura, a la declaración del monumento como patrimonio
de la humanidad, a la ciudadanía en general, al turismo que visita la ciudad,
que los folletos explicativos y los paneles que hablan del monumento se refieran
únicamente a la Catedral y hayan borrado el nombre de la Mezquita. Es tal el
despropósito y la prepotencia del Obispado y el Cabildo que la Junta de
Andalucía y el Gobierno de España deberían de tomar urgentemente cartas en el
asunto.
2013. Una estrategia más para anteponer la
Catedral a la Mezquita.
A partir de junio de este año
el Museo Diocesano de Córdoba ha puesto en marcha la actividad “Una ciudad con Ángel”, con la que pretende dar a conocer la Córdoba
cristiana a través de una visita guiada por el Palacio Episcopal, recorriendo
distintas salas. Con esta visita se pretende enseñar Córdoba y foráneos, a
través de la figura del ángel San Rafael, la riqueza de la ciudad cristiana.
Según el obispo de Córdoba “podemos y debemos evangelizar con el arte”.
Esta visita predispone a
contemplar la Mezquita como la Catedral de Córdoba, negando su nombre y su
historia.
CONCLUSIÓN FINAL
Desarrollar encuentros de diálogo y
paz entre los pueblos es
posible en este mundo plagado de injusticias sociales, violaciones a los
derechos humanos y guerras.
El paradigma de Córdoba puede ser un ejemplo
para conseguir dicho logro. Su ciudadanía debe ser la primera en creerse que el
encuentro entre personas, entre diferentes religiones y culturas es posible.
Tenemos el reto de hacer ver que los puntos de unión (historia, arte,
tradiciones, gastronomía, paisaje, clima,…) nos enriquecen y nos dan más
posibilidades para la interculturalidad, la interreligiosidad, la erradicación
de la pobreza.
Un espacio privilegiado para ello es
la Mezquita de Córdoba. Un monumento universal, patrimonio de la humanidad, que
expande su riqueza histórica, artística y espiritual más allá de nuestras
fronteras.
Urge defender la idiosincrasia de la
Mezquita de Córdoba por encima de los intereses partidistas y exclusivistas que
tiene la jerarquía de la Iglesia católica. Para ello se hace necesaria la
inmediata intervención de la UNESCO, del Estado y de la Junta de Andalucía para que el monumento sea
público y gestionado por las administraciones públicas, sin menoscabo del uso
católico del edificio y de la participación en la gestión del inmueble del
Obispado y Cabildo de Córdoba.
Córdoba,
junio de 2013