La Mezquita-Catedral es de Córdoba


SEGUNDO DOCUMENTO

PROCESO PRIVATIZADOR DE LA MEZQUITA POR PARTE DEL OBISPADO Y DEL CABILDO DE LA CATEDRAL

Miguel Santiago
Cristiano



Si partimos de los años 70 del siglo pasado la ciudad de Córdoba ha vivido una serie de acontecimientos relacionados con la iglesia católica de mucho interés para comprender como el Obispado y Cabildo de la catedral han ido radicalizando sus posturas de cara a la privacidad del monumento cada vez más patente por la jerarquía de la iglesia católica. Un proceso lento, pero seguro, y muy estudiado a los largo de los últimos episcopados de Córdoba; mientras los poderes legítimos quedaban impacientes ante tal atentado contra la ciudadanía cordobesa, andaluza, estatal y mundial. Veamos algunos ejemplos de la involución que sufre el monumento por parte de sus administradores:

1972. Tan absurdo era eliminar la Catedral de la Mezquita como pretender eliminar ahora todo el legado de la historia. Ni la Catedral debe de entenderse como un lastre para la Mezquita (lo que evitó ICOMOS en 1972) ni la Mezquita un lastre para la Catedral (lo que debemos de evitar en la actualidad).

La revista Arquitectura publicó en diciembre de 1972 (núm.168), bajo el epígrafe Mezquita de Córdoba y el entusiasta subtítulo “El apasionante tema de la Mezquita de Córdoba ha saltado a la calle” una serie de artículos que se referían a la que dio en denominarse “la polémica de la Mezquita”.

Estos artículos constituyeron una primera entrega en la revista de un importante debate en torno al futuro del monumento, debate que se estaba desarrollando en dos ámbitos: en el seno de la sociedad cordobesa, en la que se defendían apasionadas posturas restauradoras a favor de la llamada “purificación” de la Mezquita, o, en sentido contrario, posturas conservacionistas a favor del mantenimiento de la catedral cristiana en el interior de la estructura musulmana. Y se produjo también en el ámbito de los arquitectos, historiadores y responsables de las tareas de restauración, entre los que tampoco existía unanimidad. Se trataba, y ahí radica el interés de la polémica, de aceptar o rechazar una propuesta de restitución de las naves centrales de la Mezquita mediante la eliminación del gran crucero cristiano construido durante el siglo XVI. La actuación propuesta era mucho más radical que actuaciones de eliminación de coros de catedrales ya desarrolladas, de eliminación de trasformaciones barrocas o clasicistas en aquellos años en ejecución, o incluso de traslados de monumentos. La “purificación” de la Mezquita, con el objetivo fijado en conseguir una configuración espacial estrictamente musulmana, implicaba no solo la erradicación del culto cristiano en el monumento (lo que provocaría un gran conflicto político y religioso) sino también la eliminación de novecientos años de historia constructiva del edificio.

Una reunión del ICOMOS (organismo de la UNESCO especializado en la conservación de monumentos), celebrada en la primavera de 1973 a invitación del Ayuntamiento, deja las cosas en su sitio al decretar en su Resolución de Córdoba el “respeto más absoluto para todos los valores culturales” que encierran los monumentos en los que dejaron su huella sucesivas civilizaciones. “Esta pluralidad cultural (añade la declaración) constituye su originalidad y la misma viene a ser como un símbolo de superación de los conflictos y rivalidades del pasado”.

Después de 40 años es urgente que ICOMOS vuelva a proclamar esta pluralidad cultural, después de que el obispado haya inmatriculado el monumento, haya cambiado su nombre y haya impuesto un texto catequético, que amputa la historia del monumento universal, en la visita del Alma de Córdoba.

1978. Congreso de Andalucía. Discurso de apertura del Congreso de Cultura Andaluza pronunciado por Antonio Gala en la Mezquita - Catedral de Córdoba el 2 de abril de 1978.

Bajo las imponentes naves de la Mezquita de Córdoba, no podía ser en otro lugar más andaluz, Antonio Gala desgranó la ponencia, la inauguración de este magno acontecimiento civil, con un final que resonó en todo el edificio: ¡Viva, Andalucía viva!
En esos momentos estaba vacante la sede episcopal de Córdoba. Poco después, el 25 de mayo de 1978 tomaría posesión como obispo de Córdoba, José Antonio Infantes Florido.

Este tipo de actividades culturales de gran calado social es un ejemplo de que la Mezquita es mucho más que Catedral, es un espacio universal abierto a múltiples expresiones de la cultura, que es el hecho que más nos humaniza.

1980. Propuesta de nueva carrera oficial.

            Un grupo de cofrades pertenecientes a diferentes hermandades de Córdoba presentaron un proyecto de Carrera Oficial en el que se incluía el paso de las hermandades por la Mezquita-Catedral. Este proyecto pretendía darle un significado simbólico y espiritual a las estaciones de penitencia, potenciar la participación de la religiosidad popular en el primer monumento de la ciudad y aprovechar todo el potencial turístico que para la ciudad significaría. Esta iniciativa no fue muy del agrado del Obispado y Cabildo de aquellos años. Actualmente se abre nuevamente esta posibilidad al ver la Jerarquía católica en las cofradías una vía de atraer a creyentes ante la bajada de católicos practicantes que va teniendo la iglesia año tras año.

Años 80

A lo largo de esta década se irá haciendo más patente la vigilancia del monumento.  De ser custodiado por un grupo de bedeles pasó a ser vigilado y protegido por guardias de seguridad. Un servicio que ha causado más de un problema por sus modales y formas a la hora de tratar a los turistas y fieles. El sólo hecho de recostarse en un árbol en el patio de los naranjos puede ser motivo  de llamada de atención e incluso usar las manos para “invitar” a levantarse. Hace unos pocos años hubo unos altercados con el proceder de estos guardias jurados que hasta la prensa internacional se hizo eco de tales despropósitos.

Estas intervenciones no son propias de un lugar sagrado como gusta decir el Obispado y el Cabildo.

1982-1986. Serían también los años del rifirrafe entre el alcalde de Córdoba y el obispo por diferentes motivos.

En el  I Encuentro de Amistad Hispano-Musulmán, celebrado a comienzos de 1982, los cien representantes de países islámicos aprovecharon la visita a la Mezquita-Catedral para orar ante el mihrab. En una nota de prensa manifestaban que no habían pretendido en ningún momento faltar al respeto ni cometer ningún tipo de atropello en detrimento de nuestros conciudadanos; simplemente ejercitamos nuestro derecho en libertad. También recordaban en el comunicado que no era la primera vez que los musulmanes habían orado ante el mirah de la Mezquita de Córdoba (con anterioridad lo habían hecho bajo el episcopado de José María Cirarda Lachiondo). Ante este acontecimiento el obispo en una nota calificaba el hecho de atropello por haber realizado el rezo sin haber contado con la debida autorización. El obispo añadía en su nota que confiados en la petición hecha por el alcalde al cabildo catedralicio para que los participantes en el primer encuentro de amistad hispano- musulmán a pudieran visitar gratuitamente la mezquita catedral, nos hemos visto sorprendidos con otro tipo de actividad religiosa de los musulmanes ejercida en nuestro templo católico.

Por si eso fuera poco, el entonces alcalde, Julio Anguita,  pretendió entregar a Kattani, consejero real saudí, la simbólica llave de la antigua mezquita de Abú Otman, antiguo convento de Santa Clara desde 1264 hasta la exclaustración de 1868, que se proponía restaurar para situar en ella la sede de la comunidad musulmana cordobesa. Este hecho provocó el enfrentamiento institucional entre obispado y Ayuntamiento, en el que aún se recuerda la famosa frase de Anguita en la que dijo al Obispo: usted no es mi obispo pero yo si soy su alcalde.

Más adelante y con motivo de los fastos programados para celebrar el XII Centenario de la Mezquita continuarían las polémicas. Veamos: el 29 de septiembre de 1984 la Casa Real acepta la presidencia del XII Centenario de la Mezquita, al mismo tiempo que alcalde invita a los Reyes a que presidan la inauguración del nuevo Ayuntamiento, levantado en la calle Capitulares, aledaño al templo romano. A principios de 1985, la Casa Real anuncia que el Rey vendrá a Córdoba a inaugurar los actos de la Mezquita, pero no asistirá a la inauguración del Ayuntamiento. Ante este comunicado el alcalde manifiesta que no estará presente en los actos del XII Centenario: Esta Alcaldía sabrá estar a la altura de la dignidad de la ciudad, pase lo que pase con quien sea. Somos representantes de los intereses políticos de la ciudad; los cordobeses no nos legaron con su voto sus creencias religiosas. A los pocos días un mensaje de la Casa Real anunciaba sine die el aplazamiento de la visita de los Reyes a Córdoba.

1990. Negación del obispado a la intervención de Yehudi Menuhin en la Mezquita.

Conforme pasan los años  el obispado y cabildo catedral son cada vez más reticentes a los actos no católicos. Invitado por la Universidad de Córdoba, vino a deleitarnos el violinista mejor del mundo, Yehudi Menuhin, que al final sus cuerdas no pudieron sonar bajo los arcos de la Mezquita,  por la oposición del Cabildo de la Catedral.

Esta negativa demuestra la arbitrariedad del cabildo de la Catedral a la hora de permitir el desarrollo de actividades culturales. Conforme han pasado los años ha ido censurando cada vez más cualquier acto cultural que carezca de unos contenidos religiosos o morales acordes con la iglesia católica, sobre todo si estas manifestaciones pertenecen a las otras religiones monoteístas o son considerados sus contenidos excesivamente laicos.
Mausoleo de la capilla de San Pablo.

En los años 90 el expresidente de Cajasur y canónigo penitenciario del Cabildo, Miguel Castillejo, costeó el mausoleo en el que años más tarde sería enterrado el obispo de Córdoba, José Antonio Infantes Florido. Un mausoleo de mármol esculpido por los hermanos García Rueda en el interior de la capilla de la conversión de San Pablo, que rompe la estética de la estancia y termina con una tradición implícita de los obispos de respetar la tradición musulmana de ser enterrados a ras de suelo. Sólo existía la tumba del obispo Mardones en el presbiterio de la Catedral y alguna más en los alrededores del presbiterio, un espacio considerado exclusivamente catedralicio y sin reminiscencias árabes. Una ruptura más con el pasado histórico-artístico del monumento.

1999. Semana de lucha social: Rompamos el silencio.

Del 12 al 19 de noviembre de 1999 colectivos de base de todo el Estado denunciaron en Córdoba los "éxitos" ocultos de la Europa de la moneda única y las cifras macroeconómicas, que después de una década han quedado al descubierto con la crisis económica.

            Estas jornadas iban a tener como epicentro la Mezquita, sin embargo, el Obispado y el Cabildo mandaron cerrarla a cal y canto durante varios días, lo que impidió que los diferentes colectivos sociales utilizasen el patio de los naranjos para diversas actividades culturales y sociales con un marcado carácter reivindicativo, entre ellas resaltar que la Mezquita es de todos/as y no sólo de la Iglesia católica.

No a la autorización de filmar películas en la Mezquita.

“Carmen” es una película de cine española de 2003 dirigida por Vicente Aranda, basada en la novela homónima de Prosper Mérimée. Rodada mayoritariamente en la ciudad de Córdoba, incluyó entre sus escenarios la Mezquita. El obispado recriminó el uso de la Mezquita para un filme, que por su contenido erótico, no respetaba la singularidad del monumento. Esta actitud moralizante iba a tener consecuencias inmediatas al no permitir el rodaje de películas como “El reino de los cielos”.

La película “El reino de los cielos” fue  estrenada en el 2005 y dirigida por Ridley Scott. El rodaje de esta película dio más que hablar por la polémica suscitada ante la negativa del Cabildo a ceder el espacio de la Mezquita-Catedral para el rodaje de determinadas escenas de la cinta.

Las posturas enfrentadas se basaban en, por un lado, la conveniencia económica de acoger una actividad de este tipo; y, por el otro, los riesgos que sobre el estado de conservación del templo conllevan el despliegue de medios técnicos propios de un rodaje. Sin embargo, el fondo de la negativa estaban las cuestiones morales, como el uso "inmoral" que se había hecho en el pasado del citado templo (el Cabildo aludió indirectamente, a la película Carmen). Después de meses de polémica (no se puede hablar ni siquiera de negociación), se optó por otros escenarios del patrimonio cultural y arquitectónico andaluz como sustitutos.
La ciudad de Córdoba perdió otra oportunidad de dar a conocer mundialmente su rico patrimonio, por la arbitrariedad de la institución que se ha adueñado del universal monumento.

Primera década del siglo XXI. La Iglesia católica pierde su banco.

La jerarquía católica cordobesa tiene una gran influencia en la ciudad desde la Edad Media, de hecho el Cabildo catedral de Córdoba es una de las instituciones más antiguas del país. De toda esa historia llega a finales del siglo XX conservando sus dos tesoros inigualables por el poder y el dinero que manejan: ser administradores de la Mezquita, a partir del 2006 se hacen propietarios vulnerando a la propia Constitución, y ser dueños de Cajasur, la segunda caja de ahorros de Andalucía durante décadas.

Después de la pérdida de la Caja no nos debe extrañar que defiendan con uñas  y dientes la otra niña de sus ojos: la Mezquita, que en base a argumentos antievangélicos, contrarios al mensaje abierto y universal de Jesús de Nazaret, pretenden enmascarar su verdadero nombre con el de “Catedral de Córdoba, antigua Mezquita”.

Año decisivo: 2006.

            El obispado inmatriculó la Mezquita. Fue el paso más decisivo al hacerse aparentemente dueño absoluto del monumento, lo que implica una serie de actitudes cada vez más cerradas por parte del Cabildo: un celo en vigilancia del monumento que llega a ser molesta con los propios turistas,  la prohibición de actos culturales, la prohibición de actos sociales (lo último ha sido la expulsión de los yayoflautas por haberse manifestado pacíficamente en el Patio de los Naranjos en contra de la política de recortes sociales), la total prohibición de cualquier manifestación religiosa que no sea la católica (como el simple hecho de orar un musulmán en la zona del mihrab), la prohibición de películas, la imposición de contenidos en la vista nocturna de la Mezquita, el uso de las entradas al edificio como un donativo,… Toda una serie de despropósitos que son la consecuencia de haberse adueñado inconstitucionalmente del monumento por parte del Obispado de Córdoba.

2010. Alma de Córdoba, visita nocturna a la catedral.

Un ejemplo evidente de que el Cabildo catedralicio le ganó la partida al Ayuntamiento, gobernado en aquellos años por IU, fueron los contenidos marcadamente catequéticos de la visita nocturna “Alma de Córdoba”, que comenzaron en el año 2010.  Todo lo contrario de lo que pasó en 1523, cuando el Cabildo municipal obligó, en nombre de Córdoba, al Cabildo catedralicio a preservar la Mezquita.

Sólo el placer de pasear bajo las inmensas y maravillosas naves de emires y califas ya vale la pena esta visita. Sin embargo, el Cabildo la ha convertido en una catequesis que nada tiene que ver con la historia del monumento. Es una llamada a la fe católica, cuando debería desarrollar unos contenidos históricos y espirituales, que hubiesen ido más allá de las simples creencias a unos dioses hechos a imagen y semejanza de los seres humanos. La composición musical que acompaña a la visita peca, nunca mejor dicho, del excesivo protagonismo que tiene el canto gregoriano, cuando lo que debería de haber prevalecido es la música andalusí y arábiga. La visita se cierra con la contemplación del crucero de la Catedral, extraordinariamente iluminado. Otro desacierto el dedicar tanto tiempo a un obra cristiana, que tiene mejores exponentes en otros lares, en vez de haberse recreado con más detenimiento en las diferentes ampliaciones de la Mezquita.

Una vez más la Iglesia cordobesa impone su voluntad al pueblo de Córdoba.
El obispo de Córdoba y el cabildo Catedral se negaron al proyecto multimedia de visitas nocturnas en la Mezquita, basada en argumentos como los siguientes:
·         El Sr. Asenjo, obispo de Córdoba en aquellos años, recurrió a directrices de la Santa Sede, para hacer un llamamiento a la prudencia a la hora de albergar dentro de los templos manifestaciones culturales o espectáculos que "no casan con la Iglesia".
·         El obispo de Córdoba indicó que "todo se puede hablar aunque dentro de los límites que yo he establecido", puntualizó. Y ¿cuáles serían esos límites? En ningún caso podrían ponerse "músicas extrañas" o proyectarse sobre los muros "la visión de caballeros árabes cabalgando".
·         "La Catedral fue templo en el siglo IV, después, por coyuntura histórica fue Mezquita, y a partir del siglo XIII, iglesia católica otra vez", afirmó Ansejo.
·         Destacó que él y los canónigos defienden la verdad "más profunda del templo" y que "somos los más interesados en conservarlo y transmitirlo íntegro a las generaciones futuras".
            Con estos argumentos el Sr. Obispo encorsetaba la historia, el arte, la vida, la universalidad de esta maravilla de la humanidad, según su voluntad particular. Además, olvidaba que quién ha velado y ha querido más a la Mezquita ha sido el pueblo de Córdoba a lo largo de su historia. Tendría que repasar la historia para darse cuenta que los principales valedores de la Mezquita ha sido el pueblo de Córdoba.

            Por otra parte, reseñando su llamada de atención a lo inapropiado de las imágenes de los caballeros árabes cabalgando, ¿acaso es apropiado en el presbiterio de la Catedral la escultura de un caballero cristiano, el apóstol Santiago, matando a un moro bajo su cabalgadura? Una escultura totalmente contraria a la esencia del cristianismo, que podría ser retirada ya que consagra la matanza de personas de diferente religión.

El 13 de enero de 2010 los guardias jurados expulsaron de la Mezquita a un grupo de turistas por incumplir normas.

El Cabildo argumentó que entraron durante el horario litúrgico. Un grupo de profesores universitarios y periodistas de Estados Unidos, algunos de ellos musulmanes, que llegaron a la ciudad para conocer la Mezquita-Catedral fueron expulsados  del monumento mientras lo visitaban por incumplir varias normas del Cabildo. El grupo estaba compuesto por trece personas, la mayoría de ellas no musulmanas, aunque quien encabezaba la visita es el imán y también profesor de árabe y estudios islámicos en la Universidad de Maryland, Bachar Feisal, quien hacía las veces de guía

El Miércoles Santo de 2010 un grupo de musulmanes organizaron un rezo en la Mezquita.

La policía los puso a disposición judicial. El magistrado los puso en libertad con cargos a los dos detenidos por los incidentes ocurridos, donde según el juez un grupo de turistas austriacos protagonizaron un altercado al celebrar un rezo bajo el rito musulmán en el recinto y, presuntamente, agredir a un vigilante de seguridad con un cuchillo cuando les pidió que depusieran su actitud. Aunque los detenidos, así como otros seis imputados por estos hechos que declararon ante el juez que no fue un acto premeditado y que desconocían la prohibición del rezo bajo el rito musulmán en la Mezquita-Catedral, en el auto del magistrado se relata que lo organizaron a sabiendas de que tal acto de expresión religiosa se encontraba expresamente prohibido. Recientemente una sentencia judicial los ha absuelto, al considerar que el lugar en que ejercieron el acto religioso no estaba dentro del espacio catedralicio, si no que eran otras dependencias de la Mezquita.

El nuevo Obispo de Córdoba, en su toma de posesión del pasado 20 de marzo de 2010, ya había ha subrayado el mismo planteamiento de sus antecesores: no es posible el uso compartido de la Catedral, porque no lo consiente la religión musulmana ni cabe en la verdad de la religión cristiana. Me pregunto ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones teológicas, doctrinales y, sobre todo, evangélicas para ello?

Desde mi fe cristiana y el conocimiento que me ha aportado los estudios en teología no pienso que sea acertada la decisión categórica de cerrar cualquier otra opción de orar a Dios en un mismo espacio compartiéndolo con otras manifestaciones religiosas.

Es un hecho evidente que antiguos templos cristianos sirven hoy al culto musulmán, a raíz de cambios socio-políticos y religiosos acontecidos en épocas anteriores; sin embargo, no deberíamos caer en el error, al menos los que profesamos la fe cristiana, de aplicar la antigua ley del talión del ojo por ojo y diente por diente. Seguir a Jesús de Nazaret significa ofrecer la otra mejilla, o lo que es lo mismo abrir la mano fraternalmente a los hermanos y hermanas, en este caso, que profesan la misma fe abrahámica.

Cristo es el verdadero templo de Dios (Mc 14,58). No profanamos un templo de piedra porque compartamos un mismo espacio creyentes de distintas religiones, profanamos al templo vivo de Cristo cuando causamos injusticias, las callamos o somos cómplices de ellas.

La Mezquita es patrimonio del pueblo de Córdoba, de Andalucía, que se irradia a todos los rincones sin conocer fronteras. La postura del Obispo me recuerda actitudes de tiempos pasados de sentirse señor feudal, que venido de fuera, toma  posesión de sus bienes. Hay que recordar que el Cabildo de la Catedral es sólo poseedor (que no propietario) y administrador del Templo.

La historia le da a Córdoba la posibilidad de ser luz en medio de tantos conflictos, de ser puente de encuentros entre diferentes culturas, de ser lugar de abrazo fraterno entre las diferentes religiones. Abramos nuestra ciudad a los aires frescos, que ayuden a rejuvenecer la tan castigada humanidad.

2010. Lo último: cambiarle el nombre a la Mezquita.

Una vez más la Iglesia cordobesa impone su voluntad al pueblo de Córdoba. El actual Obispo incluso pretendió quitar el nombre de la Mezquita al universal monumento. Noticia que dio la vuelta al mundo.

De hecho la persona guía que da la bienvenida a la visita nocturna el Alma de Córdoba sólo utiliza el término Catedral, para referirse a la Mezquita. También los últimos folletos editados por el Cabildo para visitar el monumento sólo utiliza la denominación Catedral.

Es una falta de respeto a la historia, a la arquitectura, a la declaración del monumento como patrimonio de la humanidad, a la ciudadanía en general, al turismo que visita la ciudad, que los folletos explicativos y los paneles que hablan del monumento se refieran únicamente a la Catedral y hayan borrado el nombre de la Mezquita. Es tal el despropósito y la prepotencia del Obispado y el Cabildo que la Junta de Andalucía y el Gobierno de España deberían de tomar urgentemente cartas en el asunto.

2013. Una estrategia más para anteponer la Catedral a la Mezquita.

A partir de junio de este año el Museo Diocesano de Córdoba ha puesto en marcha la actividad “Una ciudad con Ángel, con la que pretende dar a conocer la Córdoba cristiana a través de una visita guiada por el Palacio Episcopal, recorriendo distintas salas. Con esta visita se pretende enseñar Córdoba y foráneos, a través de la figura del ángel San Rafael, la riqueza de la ciudad cristiana. Según el obispo de Córdoba “podemos y debemos evangelizar con el arte”.

Esta visita predispone a contemplar la Mezquita como la Catedral de Córdoba, negando su nombre y su historia.
         

CONCLUSIÓN FINAL

Desarrollar encuentros de diálogo y paz entre los pueblos es posible en este mundo plagado de injusticias sociales, violaciones a los derechos humanos y guerras.

 El paradigma de Córdoba puede ser un ejemplo para conseguir dicho logro. Su ciudadanía debe ser la primera en creerse que el encuentro entre personas, entre diferentes religiones y culturas es posible. Tenemos el reto de hacer ver que los puntos de unión (historia, arte, tradiciones, gastronomía, paisaje, clima,…) nos enriquecen y nos dan más posibilidades para la interculturalidad, la interreligiosidad, la erradicación de la pobreza.

Un espacio privilegiado para ello es la Mezquita de Córdoba. Un monumento universal, patrimonio de la humanidad, que expande su riqueza histórica, artística y espiritual más allá de nuestras fronteras.

Urge defender la idiosincrasia de la Mezquita de Córdoba por encima de los intereses partidistas y exclusivistas que tiene la jerarquía de la Iglesia católica. Para ello se hace necesaria la inmediata intervención de la UNESCO, del Estado y de la Junta de Andalucía para que el monumento sea público y gestionado por las administraciones públicas, sin menoscabo del uso católico del edificio y de la participación en la gestión del inmueble del Obispado y Cabildo de Córdoba.


Córdoba, junio de 2013