Uno de los focos de tensión más alarmantes que existen hoy
en Europa es la guerra civil en Ucrania, que puede derivar en un conflicto
bélico internacional que continúe el conflicto político y económico que se ha
desarrollado entre EEUU y la Unión Europea, por un lado, y Rusia, por el otro, conflicto que tendría enormes
repercusiones, todas ellas negativas, para Europa, incluyendo España. En
realidad, el conflicto existente está ya dañando considerablemente la economía
europea, incluyendo la española. Y lo que es incluso más preocupante es que, leyendo los mayores
medios de comunicación españoles, no se percibe el enorme riesgo que existe hoy
de que la nueva Guerra Fría se convierta en una Caliente.
Hoy hay tropas estadounidenses y de la OTAN en territorio
ucraniano, apoyando a un lado de este conflicto militar que se caracteriza por
su 2hostilidad hacia las partes del país pro rusas, a las que apoya el gobierno
ruso presidido por el Sr. Putin, el cual ha puesto en alerta a las tropas rusas
en las zonas de su territorio fronterizas con Ucrania.
Como en todo
conflicto, las causas son múltiples, y todos los actores tienen su parte de
responsabilidad. Pero algunos son más responsables que otros. En artículos
anteriores (“Lo que no se está diciendo sobre Ucrania”, Público 18.03.14, y
otros colgados en mi blog www.vnavarro.org) he ido señalando hechos, raramente mencionados
en los medios de información españoles (pero sí documentados en la prensa
extranjera, citada en mis artículos), que cuestionan las principales
explicaciones que han aparecido en tales medios sobre las causas de dicho
conflicto, analizándolos uno por uno. En este artículo quisiera hacer un
resumen de los mitos que los establishments de Washington y Bruselas están
promoviendo sobre las causas de la crisis y de la evidencia que los cuestiona,
refiriéndose al último artículo del Profesor Cohen que desmonta lo que él llama
“los mitos McCarthistas de la Segunda Guerra Fría”. El profesor Cohen, al que
he citado en artículos anteriores, es uno de los mejores historiadores y
analistas en EEUU de la Unión Soviética de ayer y de la Rusia de hoy. Fue
asesor durante muchos años en temas soviéticos de la principal cadena de
televisión estadounidense, la CBS, y ahora
ha desmontado cada uno de los mitos que el establishment estadounidense
ha estado promoviendo, así como la respuesta a cada 3uno de ellos, en su
excelente artículo “Patriotic Heresy vs. the New Cold War”, escrito en la
revista The Nation (15.09.14), una de las revistas más influyentes en el mundo
intelectual de EEUU.
Mito nº 1: “El problema ucraniano está causado por las ambiciones
imperialistas del gobierno Putin”.
Datos.- Existe abundante evidencia de que los sectores más belicistas
del complejo industrial-militar de la derecha estadounidense querían, desde
hace tiempo, expandirse hacia el Este, incluyendo a Ucrania en la OTAN. Como
indicó Carl Gershman, presidente de la institución (reliquia de la Guerra Fría
I) National Endowment for
Democracy, “Ucrania es la última joya que debemos conseguir”
(dicho en 2013). Y nada menos que el Washington Post, uno de los rotativos más
influyentes en la capital estadounidense, escribió que “Occidente quiere
terminar el trabajo que se inició con la caída del muro de Berlín y planifica
expandirse hacia el Este… el gran objetivo
es Ucrania”, (escrito en 2014).
Mito nº 2. La ciudadanía de Ucrania quiere liberarse de
Rusia e
integrarse en la UE.
Datos.- Ucrania es un país que dista mucho de ser uniforme. Existen
grandes diferencias entre el oeste y el este del país. 4Diferencias que son
religiosas, lingüísticas, étnicas, culturales, económicas y políticas. Ucrania
es un Estado que presenta una enorme diversidad, que ha dado pie a numerosas
tensiones dependiendo, en parte, de quien gobierne aquel país. Las regiones este
y sur, definidas en los medios occidentales como pro rusas, son muy cercanas a
Rusia, pues fueron parte de dicho país durante un gran periodo de su historia.
De ahí que sean muy próximas a Rusia, no solo por su idioma, sino también por
su cultura, etnia, religión y costumbres.
Mito nº 3. La crisis ucraniana se inició cuando en noviembre
de 2013 Bruselas y Washington ofrecieron al gobierno de Kiev que se integrara
en la Unión Europea, lo cual generó una respuesta hostil, incluso bélica, de
Rusia.
Datos.- Es interesante señalar que esta explicación admite
que no era Putin el que, en sus supuestas ansias imperialistas, deseaba incorporar
en su imperio a Ucrania, o parte de su territorio, pues, según este mito, la
respuesta de Putin fue una reacción a la propuesta de Bruselas al gobierno
ucraniano. De ahí que no fuese el gobierno ruso el que inició las tensiones. Pero
más importante que este dato (ignorado en los medios) es que la oferta de
Bruselas (que era, por cierto, muy desventajosa para 5Ucrania, pues exigía una
serie de medidas de austeridad que España y el Sur de Europa conocen bien)
incluía unas medidas que señalaban la necesidad de integrarse en el sistema de
seguridad, incluyendo militar, de Occidente, insinuando (como señala el
profesor Cohen) que se integrara en la OTAN (que tiene bases militares por
todas las
partes que rodean Rusia).
Mito nº 4: El gobierno existente en Kiev fue depuesto por
unasmovilizaciones populares por parte de la mayoría de la población ucraniana,
que exigía una integración en la UE.
Datos.- El gobierno
era presidido por un oligarca, pero había sido elegido democráticamente. Y las
supuestas movilizaciones populares estaban dirigidas, en parte, por miembros
del partido nazi, que había luchado contra la Unión Soviética durante la II
Guerra Mundial, siendo una de las primeras medidas que el nuevo gobierno adoptó
la de anular el idioma ruso como el oficial del Estado, iniciándose una gran
agresión hacia la población pro rusa, que es mayoritaria en el este del país.
Estos actos incluyeron incendiar edificios de los sindicatos, quemando vivos a
dirigentes de los movimientos pro rusos. Asumir que Rusia debía tolerar tales
hechos es, en sí, una provocación. Era inevitable que Rusia respondiera como
respondió. 6
Mito nº 5: Putin es un enorme peligro porque es una persona
con ansias imperialistas.
Datos.- Putin no es
un santo, como Cohen (y yo) hemos señalado. Es un oligarca carente de
sensibilidades democráticas. Y dirige una casta procedente del aparato del
Partido Comunista Soviético, transformada en una especie de mafia que controla
la economía rusa. Pero su respuesta ahora es lógica y razonable, como también
señala Cohen. El comportamiento del Oeste no le deja otras posibilidades,
habiéndolo arrinconado, sin poder hacer otra cosa que lo que está haciendo, que
es defenderse, a la vez que intenta resolver el enorme problema que el Oeste ha
creado en la puerta de su casa. De ahí
que personajes claves de la 1ª Guerra Fría, y que no son sospechosos de tener
simpatías pro rusas, como el que fue Secretario de Estado en EEUU, el Sr. Henry
Kissinger, hayan criticado duramente esta demonización de Putin por
considerarla profundamente errónea, y que puede abocar a una situación muy negativa
para el Oeste, no dejándole otra alternativa al gobierno ruso que la de aliarse
con el gobierno chino.
Mito nº 6: Las sanciones económicas forzarán a Putin a
entrar en razón. 7
Datos.- Esta
estrategia ignora que tales sanciones movilizan a la población rusa en su apoyo
al gobierno Putin. En esta estrategia se olvida el enorme sacrificio que Rusia
(la Unión Soviética) hizo al derrotar a la Alemania Nazi. En realidad, la
libertad de la que hoy goza Europa se debe a los 22 millones de ciudadanos
soviéticos que murieron para derrotar a Hitler. El argumento de las sanciones económicas
desconoce la enorme capacidad de sacrificio que tiene el pueblo ruso cuando se
considera agredido injustamente, como fue el caso entonces y lo es también
ahora.
Mito nº 7: La solución pasa por que Putin acepte lo que propone
el Oeste.
Datos.- La solución
pasa por que Ucrania se convierta en una federación o en un Estado
descentralizado que reconozca la diversidad del país, tal como están dispuestos
a ceptar –bajo presión de Putin- los rebeldes pro rusos.
Estos son los datos
que se ocultan en la lucha ideológica llevada a cabo por los medios de
comunicación y persuasión en España.
Vicenç Navarro, Catedrático
de Ciencias Políticas y Políticas Públicas.
Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The
Johns
Hopkins University
Fuente original: Público,
18 de septiembre de 2014