En 2015, el Estado gastará 28.066 millones de euros en temas militares, de
seguridad y control social, 603 euros por cada habitante.
A finales de septiembre, las noticias hablaban para 2015 del primer aumento
del gasto militar en siete años, concretamente un discreto 0,4%. Sin embargo,diversos colectivos antimilitaristas llevan años denunciando los diversos
métodos contables que sirven para encubrir el alcance de los gastos
militares en los presupuestos generales del Estado.
El Ministerio de Defensa prevé gastar 5.767 millones de euros en 2105. Sin
embargo, un informe del Colectivo Utopía
Contagiosa, apoyado por organizaciones como Ecologistas en
Acción o el Grupo Antimilitarista Tortuga, denuncia que estas cifras esconden sólo una pequeña parte del gasto militar del
Estado, que ascenderá, según afirman, a 23.373 millones de euros.
Estas cifras esconden sólo una pequeña parte del gasto
militar del Estado, que ascenderá a 23.373 millones de euros.
Estos colectivos denuncian que el 75,32% del gasto militar de 2015
"permanece deliberadamente oculto a la sociedad mediante la estrategia de
falseamiento de los presupuestos llevada a cabo por los sucesivos
gobiernos". Según los autores del informe, la magia presupuestaria
permite "camuflar" en 12 ministerios, la Casa Real, Centros
Universitarios de la Defensa y otros tipos de gastos nada menos que 17.606 millones de euros.
El discurso oficial que habla de una continua reducción del gasto militar,
denuncia el Colectivo Utopía Contagiosa, no sólo esconde los gastos militares
ocultos en otros ministerios sino también un crecimiento de la desviación
entre lo presupuestado y lo finalmente gastado. Si esta diferencia se había mantenido
por debajo del 15% hasta el 2011 (1.144 millones de euros de diferencia), en el
primer año de la llegada del Gobierno del PP, el abismo entre lo previsto y lo
realmente pagado a final de año había trepado hasta el 45% (2.826 millones de
euros de diferencia).
Mientras que el declarado oficialmente como gasto militar se destina
fundamentalmente a pagar al personal militar del Ejército, el
"disfrazado" se utiliza en materias tan diversas como las
subvenciones a la industria militar, la adquisición de amas, los presupuestos
de la Guardia Civil, los pagos de compromisos con la
OTAN y con la política militar de la UE, los satélites espía, los viajes de
militares al exterior, tropas y materiales desplazados a los conflictos
internacionales, vigilancia marítima, "sin olvidar el grave capítulo de endeudamiento
para la adquisición de sofisticados e innecesarios programas especiales de
armamento", señalan en el informe.
Ahora bien, si sumamos el gasto militar oculto y declarado al resto de
partidas que en el informe denominan de "control social" integradas
en el Ministerio del Interior, como pueden ser las cárceles, la cifra destinada a la llamada "seguridad", tanto
interna como externa, asciende a 28.066 millones de euros, o lo que es lo
mismo, 603 euros al año por cada persona habitante.
Todas estas cifras son especialmente graves en un "contexto de gasto
restrictivo", afirman, sobre todo cuando según los documentos de
planeamiento militar vigentes "España no tiene enemigos". Para los autores, todos estos datos
dejan entrever "un condicionamiento de la política general por la
prevalencia otorgada al control social y al militarismo".
Diagonal, 30/Diciembre/2014