De la Constitución Andaluza de 1883 (1)

Uno de los primeros gestos de Jose Mª González “Kichi”, actual alcalde municipalista de Cádiz, fue el de rescatar el retrato de Fermin Salvochea en el consistorio local. Salvochea fue el histórico y ya mítico alcalde de Cádiz (1871-1873) durante la 1ª República,  en el marco de la Revolución Gloriosa de 1868, la época del cantonalismo y de las ciudades autónomas en el ámbito ideológico del republicanismo federal del que surgirían,  inmediatamente,  los movimientos libertarios andaluces y el liberalismo andalucista (también de signo libertario) un poco más tarde.

A veces,  el pasado resuena en el presente. Y es que no hay nada nuevo inventado bajo el sol. Los mismos ideales del ayer (nunca realizados) siguen teniendo hoy una vigencia asombrosa. En el fondo de la historia contemporánea de Andalucía laten  unos ideales de libertad,  igualdad social,  justícia y humanismo,  que,  a la más mínima oportunidad,  suben a la superfície visible y se materializan en contextos temporales diferentes.  Es como si de una seña de identidad social andaluza se tratase porque así se demuestra de un modo intermitente.

En un ejercicio de memoria histórica para el presente, es necesario recordar que la plasmación normativa del republicanismo federal andaluz fue la Constitución Federal Andaluza de 1883,  denominada también de Antequera porque fue en esta ciudad donde se aprobó.  Este documento es de una importancia excepcional si se quiere comprender todo lo que devino posteriormente.  Supone la base programática e ideológica de la Asamblea Andalucista de Ronda de 1918,  del Manifiesto de la Nacionalidad Andaluza proclamado en Córdoba en 1919 y del Anteproyecto de Estatuto de Autonomía en la II República.

En la Andalucía de hoy y en el ánimo de transformación necesaria que nuestro país necesita,  existen suficientes referentes y modelos de actuación propios en los que podemos reflejarnos a la hora de orientarnos y marcar objetivos precisos para la organización social y económica, territorial y política,  para el día de mañana y desde hoy ya.  El texto de esta Constitución,  de principio a final y en sus diferentes articulados,  está basado en un modelo organizativo de abajo hacia arriba,  siendo los individuos,  pueblos y ciudades los sujetos del poder de decisión en sus ámbitos respectivos.  Bajo  el principio federativo,  de asociación libre de ciudades autónomas (recuerden la autonomía local y el municipalismo) se constituiría el Estado Libre de Andalucía que,  a su vez,  podría federarse con otros estados ibéricos y,  así,  a nivel mundial.  El internacionalismo se comprende en base a la propia nacionalidad.
En una próxima entrega desgranaré algunos artículos para analizar aspectos políticos,  sociales y económicos que nos puedan servir de brújula en los tiempos complejos e interesantes que estamos viviendo.  Y sirvan estas letras previas para que se pueda apreciar la relación directa que hay entre el personaje de Fermín Salvochea,  felizmente recuperado para el pueblo de Cádiz y de Andalucía,  el republicanismo federal,  el cantonalismo (municipalismo de aquellos entonces),  la Constitución de Andalucía,  el anarquismo andaluz (denominado por Díaz del Moral como socialismo indígena o autóctono de Andalucía),  el andalucismo histórico y los movimientos sociales que hoy emergen y reaparecen por todo el país con los mismos ideales de siempre que inspiraron e inspiran a personas y grupos sociales a evolucionar y a transformarse.

Manuel Montero, miembro de Asamblea de Andalucía, 15 de agosto de 2015