37 veces 4 de diciembre

            Andalucía 1977. Somos 4 de diciembre. Miles de andaluces y andaluzas salimos a la calle, en todos los rincones de nuestro país; muchos en la lejanía de la emigración. Ese día, Andalucía tiene un objetivo común: no perder el tren 151, que, por la vía rápida, se dirige a la esperanza de un futuro mejor.
            Pero hay un rincón de nuestra tierra, Málaga, la capital del Sol, en que nuevamente los charoles salen a la calle y disparan contra la bandera blanca y verde. La bandera tiene un nombre: José Manuel García Caparrós.
            Desde aquel 4 de diciembre hemos contemplado la plasmación del Estado de las autonomías. A Andalucía, este Estado le ha impuesto un corsé del que no puede salir: el papel de solar para el turismo y la construcción, el papel de zona dócil y empobrecida, con una población, unos andaluces y andaluzas totalmente desengañados y desanimados políticamente.
            El Estado de las autonomías de estos 37 años ha consolidado desarrollos políticos y competenciales diferenciados, donde las Comunidades ricas que, además, han tenido la llave de la estabilidad en el gobierno español, logran una leve mejoría de sus tristes condiciones de vida anteriores a costa de los pobres del Sur que, con el beneplácito de los sucesivos gobiernos centrales, hemos seguido hundiéndonos en el pozo de la miseria y la desesperación ( más de un 30% de paro, más de 2.000.000 de andaluces viviendo por debajo del umbral de la pobreza…).

            Toda esta situación ha impedido la fraternidad entre los pueblos y la consiguiente solidaridad entre los trabajadores, sirviendo de caldo de cultivo a chauvinismos y resquemores totalmente ajenos a la voluntad de los que nos vimos en la calle aquel 4 de diciembre.
            Aquel 4 de diciembre, desde Ayamonte a Vera, desde La Carolina a Algeciras, en Madrid, en Barcelona o en Bilbao, todos nosotros respiramos en la calle el aire de un proyecto de una Andalucía nueva, dueña de su destino. Un país que supusiera una transformación social, una democracia económica basada en la justicia social, la posibilidad de un desarrollo sostenible, de un estilo no autoritario de vivir la vida y construir la sociedad.
            Nada de lo anterior hemos vivido en los 37 últimos años. Romper la configuración del papel que Andalucía sigue jugando dentro del Estado español no será posible en tanto todos nosotros no recuperemos la memoria y volvamos a exigir lo que solicitábamos aquel 4 de diciembre: Soberanía nacional para hacer posible la Construcción Nacional de Andalucía.

            Cualquier otro planteamiento, cualquier resignación, haría inútil el sacrificio de aquella vida joven, la de Andalucía que, en Málaga, aquel día se llamó José Manuel García Caparrós.

José Sánchez Vico, miembro de Asamblea de Andalucía, 4 de diciembre de 2014