-Lluvias torrenciales en los Campamentos de Refugiados Saharauis-
Es cosa habitualmente sabida que los medios de comunicación españoles, se hagan poco o nulo eco del conflicto del Sáhara y de los refugiados saharauis. La tragedia que están viviendo ahora, lo esta sabiendo más la sociedad, por las familias que acogen niños y niñas saharauis cada verano y por las Asociaciones de apoyo al Pueblo Saharauis. Y no por las grandes cadenas nacionales de comunicación, sobre la situación provocada por las lluvias torrenciales en los campamentos, del pasado mes de Octubre y declaradas por ACNUR, UNICEF y la MLRI de Catástrofe Humanitaria.
Toda la población refugiada se ha visto afectada, más de 200.000 personas. De las cuales 90.000 (casi la mitad) son damnificadas, han perdido enseres, alimentos, menajes de cocina. Pero lo más grave es que 25.000 familias lo han perdido todo, las casas, las jaimas, la ropa e incluso sus recuerdos: sus fotos, su historia y documentos.
En el desierto llueve poco o nada, por eso es un “Desierto”. A los saharauis se les conoce por los “HIJOS DE LAS NUBES”, van tras de ellas, porque donde llueve crece la hierva y comen sus cabras y camellos, el mayor sostén de sobrevivencia para los pueblos nómadas.
Ahora las lluvias les han encontrado a ellos en forma de venganza, como una maldición. Comenzaron de forma torrencial el día 16 y 17 de Octubre y no pararían hasta en Viernes 24, llevándose todo por delante, las casas familiares, hospitales, colegios, guarderías, tiendas y oficinas administrativas.
Los primeros damnificados por importancia en cuanto a viviendas destruidas, es el campamento de SMARA con 3.022 viviendas. Luego le siguen; AUSERD con 2.504, DAJLA con 2.407, EL AAIÚN con 2.010 y BUJADOR con 1.498, este último es el de menor población residente.
Las edificaciones y casa construida con adobes de barro, el agua y la humedad las derrite como chocolate, como si se moja una galleta en un vaso de leche. Muchas casas y establecimientos públicos dañados, han debido ser derribados con maquinas escavadoras, para evitar que se derrumben solas, al esperezar el barro con el Sol y puedan causar victimas personales, en especial a los niños y niñas. Que afortunadamente las inundaciones no han causado pérdidas humanas.
La mayor visualización de la catástrofe se ha producido en DAJLA, puesto que la mayor parte ha sido desbastada por las avalanchas torrenciales de agua. Desde los campamentos nos dicen que “…la vista de Dajla es sobrecogedora. Como si hubiese sido bombardeada igual que cuando sucedió con Sarajevo, durante la guerra de los Balcanes”.
En este difícil momento es cuando debe hacerse más visible la solidaridad y la situación humanitaria en la que están hoy los refugiados saharauis. Ellos llegaron al exilio argelino en el año 1975, hace 40 años. Por el abandono cobarde de España y la invasión criminal de su tierra por parte de Marruecos. Ahora tendrán que comenzar de nuevo, al igual que cuando llegaron, atravesando el desierto andando, con sus hijos de la mano y con lo puesto, como único equipaje.
En las peores circunstancias posibles crearon una sociedad de la nada, en la nada, en la “Hamada” de Tinduf. Y construyeron un Estado la RASD. Su destino es seguir resistiendo como siempre, hasta alcanzar su sueño de recuperar la patria, la tierra, su independencia y su libertad. Con la voz, las manos y si no les dejan otra salida, hasta por las armas. Ahora se trata de ayudarles, acompañarles, darles voz a los que el destino inundo y tienen menos, que los que menos tienen. Mostrándoles nuestra ayuda, amistad y calor humano. ¡¡Sáhara Horra!!
Miguel Castro, de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla, 7 de noviembre de 2015.